Testimonio de María José, mamá de Gabi.

Soy madre de un niño con autismo y comparto muchas cosas contigo.
28 agosto, 2023
Estoy orgullosa de ti.
4 octubre, 2023
Mostrar todo

Testimonio de María José, mamá de Gabi.

“Mi chiquito era todo lo que habíamos soñado y más. Somos familia por adopción y lo habíamos estado esperando por mucho tiempo. Nos encontramos cuando él tenía 45 días de nacido y nosotros 46 años cada uno; desde que lo pusieron en mis brazos no hay un día que no agradezca el milagro de su vida en la mía.

Fue un bebé tranquilo, sólo lloraba por la comida, dormía toda la noche, teníamos la rutina de baño-cena y antes de acostarlo nos quedábamos un rato en la mecedora escuchando música o cantando canciones de cuna.

Lo acostaba en su cuna y se dormía solito… quizás eso fue lo raro, nunca fue un bebé demandante. En los controles con su pediatra todo estaba bien, hasta que a los 16 meses la pediatra nos derivó a la neuropediatra porque Gabriel aún no caminaba solo. Para nosotros no era señal de alarma, todos nos decían que los bebés tienen sus tiempos.

Cuando la neuropediatra lo vio, no le dió importancia a que no caminaba aún pero si noté su preocupación porque lo llamaba y él no la miraba. Nos hizo preguntas y nos recomendó que tuvieramos instancias de juego simbólico con él. Al llegar a casa, busqué en internet las preguntas que la neuro nos había hecho y allí surgieron las red flags del Autismo.

Ese fue el principio del camino, buscamos como ayudarlo y comenzamos a llevarlo a fonoaudióloga y psicomotricista. En casa poníamos en práctica juegos y tips que encontrábamos en internet.

Gabriel empezó a caminar a los 19 meses, un tiempo después dijo su primera palabra: “tres”. Ama los números, luego llegaron otras como “agua”, “papá” y llegó “mamá”. Si miro para atrás quizás mi amor por él no me dejó ver algunas cosas que para los médicos u otras personas eran evidentes.

A Gabriel le costaba mirar a los ojos, nunca me molestó eso porque nosotros nos mirábamos con el corazón. A Gabi no le gustaban mucho mis abrazos, con sus bracitos ponía distancia, aprendiedió a abrazar jugando con un osos de peluche. Y de allí a mis brazos. Su demostración de amor de bebé no fueron besos, fue el “topito topito”, era que él ponía su frente junto a la mía muy cerquita y nos mirábamos a los ojos, no eran necesarias las palabras para saber que nos queríamos.

Gabi comenzó el jardín un mes antes de cumplir los 2 años, cuando cumplió 3 años comenzó la pandemia y un año después comenzó jardín público. Allí nos dimos de frente con la realidad de la falta de inclusión y empatía de las instituciones educativas respecto a la neurodiversidad. Nos exigieron un diagnóstico que la neuropediatra aún no nos daba. Para ese entoces el único diagnóstico era retraso en el desarrollo del lenguaje.

Gabriel siempre fue un niño dulce, alegre, feliz de jugar con sus pares. Ama los autos pero también jugar a la pelota y los libros.

El diagnóstico nos lo dió su neuropediatra recién cuando Gabi tenía 5 años. Le realizó una evaluación y nos dijo que estaba dentro del Espectro de alto funcionamiento. Nosotros hace mucho que sabíamos que nuestro niño era neurodiverso, diferente y único. Y lo amamos como tal.

Hoy está en una escuela que es realmente inclusiva. Tiene amigos y es féliz.

El diagnóstico sólo sirve para que los profesionales sepan como encarar la terapia. A nosotros nos sirve para explicarle a sus compañeros de escuela algunas de sus conductas.

Gabi puede ser un poco despistado si ve algún auto que le interese y eso puede hacer que no salude a algún compañero.

Empezaron a llegar invitaciones a cumpleaños y verlo jugar en los inflables o correr con su amigo Lucas es mucho más de lo que soñamos.

Cuando la palabra AUTISMO llegó a nuestras vidas alguien me dijo: “no dejes que te roben la infancia de tu hijo, diagnóstico no es pronóstico”, y así es, un día a la vez. En este camino encontramos AMIGOS, FAMILIAS que no se rienden, siempre hay una mamá que te da un consejo, que te escucha cuando el mundo se te viene abajo porque de eso se sale! y un día te toca a vos estar allí para escuchar a otra mamá que inicia este camino.

Entre todos algún día, quizás en un futuro no tan lejano se acepte que todos somos diferentes y únicos en este mundo que es uno solo y que es para todos. “

1 Comment

  1. Sandra dice:

    Holaaa hermosa historia d vida, tengo el placer de conocer a Majo y Gabi.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *