Primero tiene que sabes que no estas sola!

Yo también sentí angustia cuando sus compañeritos empezaron a hablar y él no. Cuando no me miraba a los ojos, cuando me llevaba la mano para abrir la puerta porque no señalaba.

Cuando noté “algo raro” y todos me decíam que espere, que lo varones son mas perezosos para hablar o caminar.

Sentí que el mundo se me vio encima cuando el médico me dijo “si pasa algo”, primero hipoacusia porque como no respondía a su nombre pensamos que no escuchaba, descartando esta posibilidad llegó la palabra tan temida: AUTISMO.

Pasé horas leyendo artículos en internet buscando alguna respuesta para no sentirme tan culpable, porque imagino que como yo te habrás culpado por eso. ¿Habré hecho algo mal? ¿Lo habrá heredado de mi? ¿Que hice en el embarazo que lo afectó?.

Lloré mucho, tuve miles de días grises y negros, siento muchas veces que aún no he logrado reponerme de ese dolor, seguro es algo que me acompañe el resto de mi vida. Aún hoy me recuerdo en esos momentos y me preugnto cómo pude reponerme?

Como tú también tuve miedo de ir cumpleaños, tenía miedo que no se acercara a ningún niño o que ningún niño se acercara a él, porque le iban a hablar y él no iba a poder responder, y yo como le explicaba a otro niño lo que le pasaba a mi hijo si aún en ese momento ni yo lo podía entender.

Evité en algum momento llevarlo al parque de niños o placita. Porque todo lo que antes podía manejar sin saber de su condición ya no podía hacerlo. Quizás yo misma estaba haciendo lo que no quería que hicieran otros que es etiquetarlo de que “no iba a poder” o su reacción a algo que no le gustaba. Me aliviaba cuando por fin decidía llevarlo y al llegar no había nadie, incluso buscaba lugares que no hubiera gente.

Como a ti también me pasó de que un extraño se acercara a preguntarle el nombre y el no responda, y decía :¿Te comieron la lengua los ratones o eres tímido? y yo :-No señor, es autista y no habla. El extraño :-Ah pobrecito, no parecía autista.-

Como tú me ha tocado sentir de muy cerca la apatía de la gente, incluso de la propia familia.

En mi experiencia también me tocó sentir cosas lindas, como que mi hijo es querido por nuestros amigos, amigos de antes, amigos de hoy, sus hermanas del corazón. También experimenté la de alegría al ver fotos con sus compañeros de colegio jugando, o cuando me llegaba el reporte del colegio que había comido todo el entre día y almuerzo.

Hoy recién van 5 años de vida, y 3 años y medios con el diagnóstico y festejamos cada logro como si ganaramos la lotería. Ya me lo había advertido un papá que ya había pasado por ese proceso, y cuando me tocó me acordé mucho de ese papá.

Y si, lo que para muchos es normal, como te pasó a ti, para mi es la gloria, cuando hoy me mira a los ojos y me pide un abrazo o me pide que lo acueste y le de el beso de buenas noches, me desarmo de amor y dejo de hacer lo que sea y voy.

Nos esperan años de trabajo, paciencia y perseverancia.

Esto recién comienza. Pero siempre recuerda que NO ESTAS SOLO! y que como me pasó a mi, quiero que te pase igual y que cuando leas mis testimonios o de otras familias puedas encontrar alivio, paz y que te sientas acompañado.