- Actualiza las tarjetas a medida que el niño crece o cambian las actividades.
- Recompensa al niño cuando complete tareas siguiendo la rutina.
- Usa colores o símbolos que sean significativos para el niño.
Crear una rutina diaria visual no solo beneficia al niño con autismo,
sino también a toda la familia, ya que facilita la organización y reduce
el estrés. Estas herramientas fomentan la autonomía y proporcionan
un entorno predecible donde los niños pueden prosperar. Con un poco
de creatividad y paciencia, una rutina visual puede convertirse en un
poderoso aliado en el día a día.

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