Una de las señales mas comúnes, o al menos de las que mas he escuchado cuando hablo con otras madres que tienen hijos con esta condición es que no responden a su nombre. Así es, pensaba que era algo «normal» de su corta edad (2 años) pero no. También llegué a pensar que lo hacía por «picardía» para no hacerme caso.
Otra señal clarísima (hoy que tengo mas información) es que no señalaba, cuando quería algo, por ejemplo abrir la puerta, me iba a buscar, me agarraba la mano y me la llevaba hacia la puerta como «pidiendo» que yo se la abriera. No existía demanda de su parte, como no hablaba y no se podía expresar como el quería nos encontrábamos en esas situaciones diariamente.
Como mencione en el párrafo anterior, tampoco hablaba, si bien la comunicación no solo implica lenguaje oral, pero también carecía de éste.
Aún recuerdo la primera vez que lo vi golpearse la cabeza literalmente contra la pared, es algo que me va a acompañar toda la vida. Fue duro de verdad pero cuando estas conductas aparecieron fue un shok! quizás en nuestro caso particular con Fran no eran tan repetitivas como el aleteo o los gritos pero estaban.
Tuve la suerte de que en el jardín que iba en sus primeros años, las educadores me contaron que el se aislaba, que le gustaba estar solo, no se integraba con el resto de sus compañeritos.
En caso no existía el juego simbólico, es decir, «hacer de cuenta que tomabamos el té, o le dábamor de comer a los animalitos», algo que se realta mucho en terapia y que lo aprendí sin duda, porque para ello se necesita una madurez cognitiva quizas y tener un pensamiento un poco mas abstracto quizás. Fran solo podía jugar a girar las ruedas de los autitos, o realizar secuencias de colores y bloques de armar.
Pasamos por un proceso extenso de evaluación ya que empezamos a pensar al principio que podía ser hipoacusia hasta llegar al diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista.
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